¿Los principios del entrenamiento son trece, catorce, quince,…? La bibliografía actual sobre teoría del entrenamiento no coincide ni en cuanto al número, ni en la denominación de dichos principios (Navarro, 1996).

 

Estos principios o reglas intentan garantizar el desarrollo y aplicación del proceso global de entrenamiento, basados en los procesos fisiológicos de adaptación del organismo a las diferentes cargas de entrenamiento.

 

Siempre que la carga o estímulo de entrenamiento se encuentren dentro de un umbral mínimo y un máximo tolerable por el deportista (ley de Schultz-Arnodt), el entrenamiento pautado por el entrenador será óptimo para que se produzca adaptaciones y mejoras en el rendimiento deportivo.

 

Teniendo en cuenta estas normas, habrá que saber que cada persona es diferente y reacciona de distinta manera al mismo estímulo. No hay dos personas iguales. Es necesario tener presente: la edad, los años de entrenamiento, su tipología, su estado de salud, sus aprendizajes anteriores, su motivación y sus objetivos…

 

Lo que tiene que saber un corredor a la hora de interpretar y realizar un plan de entrenamiento general viene muy ligado a saber llevar a la práctica todos estos principios del entrenamiento. Principios para iniciar el proceso de entrenamiento, para asegurar el efecto de éste y dirigir estas mejoras de forma específica.

 

 

Los principios para iniciar el proceso de entrenamiento, tienen que ver con los efectos que causan las sesiones de entrenamiento en nuestro cuerpo. Estos efectos pueden ser: positivos (aumentan rendimiento) o negativos (sobreentrenamiento), y agudos (corto plazo, inmediatos) o crónicos (largo plazo).

 

La carga del entrenamiento, el incremento progresivo de ésta y su variedad, nos asegurará que los métodos de entrenamiento elegidos, cause los efectos o mejoras en el rendimiento pretendidas. La carga viene determinada, en el caso del corredor, por factores externos (climatología, ritmo o potencia de carrera, duración del esfuerzo, desnivel) e internos (frecuencia cardiaca, lactato, percepción de esfuerzo).

 

Nos es suficiente, tener en cuenta la carga de entrenamiento aplicada para asegurarse adaptación y efectos positivos en nuestro rendimiento. La recuperación (intrasesión, entresesión), las repeticiones, la continuidad, así como la periodización son muy importantes.

 

Para hacernos una idea, cuando oímos a un deportista que ha realizado 8x1km, podemos pensar que si nosotros hacemos esas mismas ocho series de un km a un ritmo similar o mejor entonces estaremos en disposición en la próxima carrera de llegar por delante de él. Si pensáramos así estaremos confundidos y sobretodo no tendríamos en cuentas los principios del entrenamiento hasta ahora nombrados.

 

No sólo importa el ritmo de las series, la recuperación y el trabajo acumulado (continuidad en los entrenamientos) son los que nos podrán predecir el nivel de ese deportista.

Con la especialización del corredor en diferentes pruebas, 5km, 10km, Media Maratón, Maratón, Ultras, los principios de individualización, especialización progresiva, alternancia, regeneración tendrán un mayor peso y en estos casos no nos valdría utilizar un plan genérico de entrenamiento. En estos casos, cuando hablamos de que el corredor tiene un objetivo concreto CORRER UNA MARATÓN, la figura del entrenador es muy importante.

 

El corredor, debido a la complejidad del proceso de entrenamiento, tendrá que tener un buen feedback para que su entrenador pueda mezclar todos estos principios de entrenamientos hablados y elaborar un plan de entrenamiento acorde a las características y objetivo del corredor.

 

Precipitarnos en la elección de un objetivo nos puede llevar a frustraciones y lesiones que a veces se convierten en crónicas. Para ello la especialización progresiva, empezar por cosas pequeñas, para llegar a grandes retos personales puede ser lo más inteligente.