En varios estudios realizados en deportistas se ha observado que es necesario realizar evaluaciones a gran cantidad de deportistas para poder prevenir algún evento cardiaco, de tal manera que el procedimiento más rentable puede ser realizar estudio de manera más dirigida en aquellos que puedan presentar mayor probabilidad de presentar alguna cardiopatía.
En aquellos que puedan tener síntomas como dolor torácico, palpitaciones, síncopes inexplicados, o alto riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, tabaquismo, etc.), historia familiar de cardiopatía o muerte súbita, es razonable la realización de un reconocimiento médico deportivo, que en ocasiones puede bastar con un electrocardiograma valorado por alguien con experiencia en la valoración de deportistas, una historia clínica con antecedentes personales y familiares junto con una exploración física exhaustiva, y en algunas ocasiones ampliar el estudio con prueba de esfuerzo y/o ecocardiograma.
Para facilitar la selección de deportistas que pueden necesitar más estudios se han creado varios cuestionarios que se pueden realizar por el propio deportista y en función de los resultados obtenidos, considerar si es necesario ampliar el estudio.
Uno de estos cuestionarios es el PAR-Q.
Cuestionario PAR-Q (Physical Activity Readiness Questionnaire)
En caso de contestar afirmativamente en cualquiera de las cuestiones, indica que puede requerir un estudio cardiológico preparticipativo.
En mi opinión, como atleta aficionado, creo que es necesario y recomendable ponerse en manos de un entrenador titulado, con experiencia, programar el ejercicio de manera reglada y no realizar pruebas de larga distancia a menos que se esté preparado.
Como médico, me veo obligado a recomendar el ejercicio, siempre de manera prudente, y en caso de presentar algún síntoma de los anteriormente mencionados o historia familiar de cardiopatía, consultar con el profesional médico correspondiente, para así poder tomar una decisión o ampliar el estudio.
En caso de deportistas asintomáticos y sin historia previa que realizan ejercicio de alta intensidad, no está de más realizar una evaluación sencilla (historia clínica y cuestionario, exploración física y electrocardiograma) por alguien con experiencia en la evaluación de deportistas (especialista en medicina del deporte o cardiología del deporte) y en caso de encontrar anomalías, valorar la realización de más estudios.
Mención a parte merece la prueba de esfuerzo con gases (ergoespirometría), de utilidad indudable a la hora de programar los entrenamientos, pero lo dejamos para próximas publicaciones.