Es uno de los temas que más controversia ha desatado desde siempre y quizás, con más énfasis, en los últimos años dado el aumento que ha experimentado la práctica de la actividad física por motivos de salud, recreación o rendimiento.

Antecedentes

Hasta hace relativamente pocos años, el concepto de la necesidad de incluir los estiramientos en casi cualquier práctica deportiva no se cuestionaba, tanto desde las sesiones de Educación Física como en cualquier disciplina deportiva cuyo objetivo fuera la mejora del rendimiento. Los estiramientos eran siempre una parte fundamental del calentamiento y del enfriamiento, recomendados con el fin de evitar lesiones y crear hábitos de salud dentro de la práctica deportiva.

Posteriormente, los estiramientos se empleaban no solo como medio para prevenir lesiones en actividades físicas intensas, sino con el fin de ganar flexibilidad. Tal importancia se le dio que llegaron a dedicarse sesiones de Educación Física a la mejora de la flexibilidad, cuyo progreso se evaluaría. Estirar era la panacea para casi todo, aconsejando realizarlo antes, durante y tras la actividad física, mediante todo tipo de métodos (con o sin rebotes, activos, pasivos…).

Más tarde cambió el concepto radicalmente, considerando contraproducentes los ejercicios de flexibilidad y dejando de practicarlos en cualquier sesión.

¿Es necesario estirar?

Pero vamos al meollo de la cuestión, seguramente de lo expuesto anteriormente, la virtud sea, como casi todo en la vida, el término medio. ¿Es necesario estirar? Como casi cualquier pregunta que se plantea sobre la actividad física, la respuesta depende de todo y nunca será ni bueno ni malo. En algunos momentos es más recomendable que en otros, en los que quizás es mejor realizar otras actividades en su lugar. Incluso, diría que va un poco a gusto de la persona, en sus sensaciones o experiencia.
Desde mi punto de vista, es necesario saber en qué momento estirar y por qué hacerlo, y no estirar porque me han dicho que es bueno o al revés. A continuación expongo mi opinión y cómo trato este tema.

En los calentamientos, luego de hacer algo de carrera continua, no aconsejaría los tradicionales estiramientos estáticos como tal, sino que introduciría los estiramientos balísticos. Estos ejercicios, que se basan en movimientos oscilatorios y pendulares, son perfectos para los calentamientos. ¿Por qué estos ejercicios y no los estiramientos convencionales de toda la vida? Pues porque los estiramientos convencionales, lo que hacen es elongar el músculo dejándolo poco reactivo por así decirlo. Es importante entender que cuando corremos, sobre todo si lo que vamos a hacer es un esfuerzo intenso, necesitamos el músculo contráctil y elástico. Por tanto, tiene más sentido realizar estiramientos balísticos, que sí que van a conseguir prepararnos de una mejor manera para la parte principal de la sesión. Dicho esto, los estiramientos balísticos son más agresivos que los otros, por lo que si no los tenemos muy dominados, deben realizarse con precaución y poco rango de movimiento.

Entonces, ¿reservamos los estiramientos para el final de la sesión? Tampoco. Yo no estiraría al acabar ningún entrenamiento. En un entreno, sobre todo si éste ha sido intenso, se producen pequeñas microrroturas en los músculos. Si al finalizar estiramos intensamente, podríamos provocar una rotura muscular mayor. Al final de una sesión intensa, recomiendo rodar 5 ó 10 minutos muy suaves, para soltar un poco las piernas y favorecer la eliminación de residuos que quedan en el cuerpo.

Conclusiones

¿Podríamos deducir que no es necesario estirar? No del todo. Lo que está claro es que durante la sesión no es para nada imprescindible ni necesario, pero sí que es bueno estirar. ¿Cuándo? Si dejamos al cuerpo que se recupere y se enfríe bien después del entrenamiento, tranquilamente en casa, podemos estirar como medio para mejorar la recuperación de nuestros músculos, favoreciendo que la sangre circule por ellos. O también, evidentemente, como medio de ganar flexibilidad, que nos va a ayudar a prevenir lesiones, sobre todo cuanto más explosiva sea nuestra distancia.

Pero, como todo, vuelvo a comentar lo mencionado anteriormente. Cada uno somos de una manera y nos va bien o nos han funcionado cosas distintas en cada caso, incluso cosas distintas en función del momento de la temporada en el que nos encontremos, la carga de entrenamientos, etc. En estos casos, nadie tiene la verdad absoluta. Espero haberos dado explicaciones para que en base a ellas, decidáis según lo que os venga mejor.