A todos alguna vez nos han dicho que hagamos algún tipo de actividad física, ya sea por salud, por bienestar o simplemente para desconectar o socializar. Una de las actividades que primero se nos pasa por la cabeza es salir a correr, pero, cómo empezamos sin que aparezcan dolores, y más importante, cómo hacer para que dicha actividad nos “enganche”. Pues bien, estos son dos conceptos que van muy unidos, ya que si los primeros días simplemente corremos hasta que no podamos más, es probable que nos aparezca alguna molestia sumada a las temidas “agujetas” y se nos quiten las ganas de volver a correr, pero en cambio sí sabemos cómo planificar el entrenamiento desde el inicio, poco a poco nos iremos sintiendo mejor y adecuando la actividad a nuestros objetivos y capacidades.
Para empezar a correr no tenemos que empezar necesariamente corriendo, porque puede que nuestro sistema cardiorespiratorio y musculoesquelético no esté lo bastante preparado, por lo que es recomendable simplemente salir a caminar, combinado con circuitos de fortalecimiento general, y observar cómo reacciona nuestro cuerpo, si nos aparece alguna molestia o si por lo contrario se tolera de manera correcta. Poco a poco podremos intercalar con periodos de CACO (caminar-correr) e ir introduciendo la carrera en nuestra rutina. De lo que se trata es de llegar a un punto en el que se vayan acortando los periodos de caminar y podamos, simplemente, salir a correr.
Pero no todo es correr, como hemos mencionado antes, también necesitamos trabajar a nivel muscular y articular con programas de fortalecimiento, los cuales implementaremos dentro de nuestra rutina y serán parte fundamental de ella. Esto nos ayudará a minimizar el riesgo de lesiones y a aumentar el rendimiento. Para ello deberemos realizar un trabajo funcional centrándonos en el fortalecimiento de miembros inferiores, estabilizadores y CORE, sumado a trabajo preventivo, como puede ser, con ejercicio excéntrico o propioceptivo.
Otro de los pilares fundamentales para progresar en un óptimo entrenamiento es la técnica de carrera, la cual nos ayuda tanto a nivel muscular como coordinativo, nos llevará hacia una mejora de la ergonomía del movimiento, regulando así el reparto de cargas que producimos en cada pisada. No olvidemos que se trata de un deporte de impacto y tener un buen control motor de la técnica nos ayuda a reducir posibles molestias debidas a microtraumatismos producidos por dichos impactos.
Una mala planificación puede desencadenar en problemas articulares y/o musculares, como pueden ser problemas en la cintilla iliotibial, sobrecargas musculares, estrés plantar, etc… Todo ello provocado por un posible exceso de entrenamiento, deficit de fuerza muscular, mala técnica de carrera o por no respetar los periodos de descanso. Recordad que se trata de introducir variedad a nuestra rutina, no solo es correr, tenemos muchos más factores que trabajar para mejorar, ya no importa tanto la cantidad sino la calidad del ejercicio.